Funte: Q13; Publicado: 19 de febrero a las 12:45 AM
Una madre que intentaba protegerse a sí misma y a su familia del nuevo coronavirus terminó siendo engañada por información falsa que la llevó a beber su propia orina.
Durante cuatro días, la mujer británica y sus cuatro hijos tragaron su propia orina, creyendo que los protegería del COVID-19, según un informe de la ciudad de Westminster.
La orina es un producto de desecho del cuerpo. Su consumo generalmente está mal visto en la medicina occidentalizada, según un estudio de 2015 realizado por el Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology.
La orina contiene altas concentraciones de toxinas y sal de las que el cuerpo ya se ha deshecho. Una vez fuera del cuerpo, la orina atrae rápidamente más bacterias. Su consumo puede causar daño a una persona.
La mujer británica dijo a los funcionarios que estaba convencida de beber su pis por un amigo o pariente de confianza, que había sido la fuente principal de noticias relacionadas con la pandemia de la madre.
La madre dijo que tiene fe en las curas naturales. Aun así, la comunidad médica aún no ha reconocido nada como una cura para COVID-19.
Hasta la fecha, las vacunas son lo único clínicamente probado para prevenir la enfermedad COVID-19. Pero la madre citó una teoría de la conspiración desacreditada que involucra a Bill y Melinda Gates cuando expresó su desconfianza en las vacunas.
La desinformación ha demostrado ser un detrimento para la salud pública durante toda la pandemia. Aparte de beber orina, muchas de las llamadas curas o medidas preventivas han resultado inútiles.
Una de las curas falsas más notables apareció en los titulares la primavera pasada cuando el expresidente Donald Trump reflexionó en voz alta sobre la ingestión de lejía o cloro para combatir el virus.
Esto provocó una feroz reacción de los funcionarios de salud, rivales políticos y fabricantes de blanqueadores, pero sus esfuerzos fueron insuficientes.
Apenas unos días después, los funcionarios comenzaron a informar casos de personas que bebían productos de limpieza en un intento por protegerse del coronavirus.